Evolución reciente de las pensiones sociales en América latina (AISS)

Evolución reciente de las pensiones sociales en América latina (AISS)

AISS pensiones sociales

Evolución reciente de las pensiones sociales en América latina

(Asociación Internacional de Seguridad Social, AISS)

Las pensiones no contributivas, también conocidas como pensiones sociales, son un componente importante de los sistemas de protección social universal basados en los derechos. Permiten extender la cobertura de las pensiones con relativa rapidez a las personas de edad avanzada que no están cubiertas por regímenes contributivos. Por lo general, las pensiones sociales se financian con los ingresos generales y proporcionan prestaciones relativamente modestas, y su concesión suele estar supeditada a unos ingresos bajos u otros criterios.

El derecho a la protección social, incluida la seguridad de los ingresos en la vejez, está consagrado en varias constituciones nacionales e instrumentos jurídicos internacionales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966. La protección social ocupa un lugar destacado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la que se considera una importante contribución a la consecución de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentran la erradicación de la pobreza (Objetivo 1), la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (Objetivo 5), y la reducción de las desigualdades (Objetivo 10).

La protección social es, por lo tanto, un derecho humano universal. Además, tal como se reconoce en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la inversión en protección social es una herramienta fundamental para construir sociedades más inclusivas y equitativas, lo que puede generar beneficios económicos reales. En la Recomendación núm. 202 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), adoptada en 2012, se proporciona orientación a los países para que establezcan pisos de protección social definidos a nivel nacional. En ella se recogen una serie de garantías básicas que comprenden la atención de salud esencial y la seguridad del ingreso durante el ciclo de vida, incluso en la vejez.

Panorama de las pensiones no contributivas en la región

Las pensiones no contributivas son un instrumento cada vez más importante que utilizan los gobiernos de todo el mundo para extender la protección contra las vulnerabilidades y los riesgos asociados a la vejez. Esta tendencia es muy evidente en América Latina, donde el número de programas de pensiones no contributivas ha experimentado un rápido crecimiento desde principios del decenio de 2000 (CEPAL 2020b, pág. 107).

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL 2020a, pág. 123), la cobertura del conjunto de pensiones contributivas y no contributivas entre las personas mayores se incrementó casi 10 puntos porcentuales entre 2010 y 2019 en América Latina. Este crecimiento se debe principalmente a los programas de pensiones no contributivas, cuyas prestaciones alcanzan montos mucho menores que los de las pensiones contributivas (ibid.). Tomando como referencia los salarios mínimos nacionales que se recogen en el cuadro 1, los montos de estas prestaciones son especialmente modestos en algunos casos, mientras que las pensiones más generosas se pagan en la Argentina, el Brasil y el Uruguay.

En un contexto caracterizado por la cobertura persistentemente baja de los sistemas contributivos, así como por los altos niveles de desigualdad y la informalidad generalizada, el establecimiento y la extensión de las pensiones sociales han constituido una herramienta eficaz para lograr que los sistemas de pensiones sean más inclusivos. A medida que las poblaciones relativamente jóvenes de la región envejecen, es probable que aumenten la presión para extender la cobertura horizontalmente y, al mismo tiempo, proporcionar una protección para la vejez más adecuada a todos los miembros de la sociedad. En este sentido, las recientes reformas en la Argentina y México son un ejemplo de las medidas adoptadas en la región.

Conclusiones

En América Latina, las pensiones sociales son un instrumento importante para reducir la pobreza y ofrecer una seguridad básica de los ingresos en la vejez. Estas pensiones, que forman parte de los pisos nacionales de protección social y complementan la labor encaminada a extender los regímenes contributivos, desempeñan un papel fundamental en la protección de las personas que no están cubiertas por las prestaciones de vejez contributivas, por ejemplo, las personas cuya trayectoria laboral se caracteriza por unos ingresos bajos o irregulares, los trabajadores del sector informal y las personas que han realizado trabajos precarios o han estado desempleadas durante determinados periodos de su

vida.

https://ww1.issa.int/es/analysis/recent-developments-social-pensions-latin-america

 

 

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