¿Qué son los seguros no contributivos?

¿Qué son los seguros no contributivos?

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Escribe César Abanto Revilla

Todo sistema de seguridad social debe tener como pilares básicos la solidaridad y la universalidad. Segundo texto publicado por el especialista César Abanto Revilla. Este vez el tema es el seguro no contributivo.

En un país como el nuestro, en el que existe un alto índice de pobreza y pobreza extrema, y el mercado laboral está afectado por fenómenos como la informalidad, el desempleo y el subempleo, además de registrarse altos índices de morosidad contributiva en la economía formal, resulta indispensable evaluar la viabilidad de un régimen de pensiones solidarias o no contributivas, que no deben ser vistas como una política asistencialista, sino como un mecanismo de inversión social, pues la experiencia en otros países de la región ha demostrado que la pobreza se puede reducir hasta en un 65%. Además, constituye un factor de dinamización de la economía familiar, pues a pesar de constituir solo un porcentaje de la pensión mínima, esta prestación se utilizaría no solo para atender necesidades esenciales (alimentación, vivienda y salud), sino que también permite apoyar en la educación de los nietos, y en las zonas rurales incluso para la compra de semillas y alimento para los animales de crianza (para consumo y comercialización).

En el Perú, cerca del 10% de la población total es mayor de 60 años. De estos, un considerable número carece de alguna protección de parte de la seguridad social, especialmente aquellos que viven en zonas rurales. Esa situación ha originado un aumento en la proporción de personas mayores que siguen trabajando más allá de la edad jubilatoria, generalmente en ocupaciones precarias.

Pese a las repetidas reformas previsionales de las últimas décadas, aún no se ha logrado ampliar la cobertura ni reducir los índices de pobreza para las personas mayores. Lamentablemente, dentro de las soluciones planteadas hasta la fecha se ha optado por dejar de lado la opción de las pensiones no contributivas, pues se han centrado en mejorar la administración de los regímenes contributivos, lo que en la práctica ha creado exclusiones y desigualdad, al favorecer a aquellos que tienen un empleo formal, pese a constituir el menor porcentaje de la PEA.

Las pensiones no contributivas están diseñadas para fijar un piso o nivel mínimos de ingresos, reduciendo los niveles de pobreza entre los adultos mayores, e indirectamente en el resto de la población. La aplicación de un sistema como éste depende de una decisión política pública que debe fijar su visión en un desarrollo al mediano y largo plazo. Además de la determinación de los beneficiarios, el costo monetario, fiscal y los gastos operativos, deberán fijarse los requisitos (edad, acreditación del estado de pobreza, años de residencia, etc.), cuidando la posibilidad de factores de corrupción en los funcionarios encargados de calificar y aprobar la concesión del derecho.

Los regímenes no contributivos se dirigen a materializar la idea de una seguridad social para todos, en especial para los que más lo necesitan, que son justamente los excluidos del mercado laboral formal, y que irónicamente aportan de manera indirecta (a través de sus impuestos) a sostener al régimen estatal (SNP) que es subsidiado mensualmente por el Tesoro Público, como al propio SPP, puesto que los bonos complementarios de la pensión mínima y jubilación anticipada se pagan con cargo a los recursos estatales.

De igual manera, debe instaurarse con carácter obligatorio un curso de seguridad social a nivel de educación básica y superior, para que las nuevas generaciones – a diferencia de sus antecesores – entiendan las ventajas de estar protegido ante las contingencias que pueden suceder en el desarrollo de la vida laborales, pues el tema de pensiones debe dejar de ser una preocupación solo “para los viejitos”.

Leído en el blog pensionesperu

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