Reformas sociales en China: 2016-2020 (opinión)

Reformas sociales en China: 2016-2020 (opinión)

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Reformas sociales en China: 2016-2020 (opinión)

El presente es parte de un análisis de Andoni Maiza y Ricardo Bustillo aparecido en Problemas de Desarrollo, octubre-diciembre 2016.

 «RESUMEN

La necesidad de evolucionar de un modelo económico basado en las exportaciones hacia otro con mayor protagonismo del consumo doméstico es lo que ha impulsado al gobierno chino a diseñar nuevas políticas sociales para proporcionar a sus hogares más confianza y elevar los niveles de consumo. El 13er Plan Quinquenal 2016-2020 contempla medidas para ampliar la cobertura del sistema de pensiones, de los seguros médicos y del seguro de desempleo, y prevé nuevos aumentos en el salario mínimo. Sin embargo, los retos pendientes son aún notables y existe expectación sobre el desarrollo efectivo de los programas contemplados. En este artículo se analiza el impacto de las reformas ya adoptadas al tiempo que se estudia el alcance de las iniciativas del 13er Plan Quinquenal.

INTRODUCCIÓN

La República Popular China (rpch) continúa embarcada en un ambicioso proceso de reformas económicas y sociales. La transición hacia el denominado modelo socialista de mercado ha permitido a la economía china convertirse en una de las principales potencias económicas. Las medidas acometidas desde 1979 para atraer capitales, tecnologías y conocimientos desde el extranjero; fomentar el emprendimiento y la creación de empresas de capital privado; renovar el tejido empresarial e impulsar las exportaciones han permitido alcanzar tasas de crecimiento muy destacadas y sostenidas en el tiempo.

Sin embargo, ese modelo de crecimiento basado en las exportaciones parece estar agotándose, sobre todo desde el inicio de la crisis de 2008, por lo que ahora las nuevas reformas pretenden dar un giro hacia un crecimiento más sostenible e inclusivo.

Los beneficios de más de 30 años de crecimiento se han reflejado principalmente en algunos grupos de la población, lo que ha provocado que las desigualdades sociales se hayan acentuado. El sistema de registro familiar o sistema hukou representa una de las claves de esa gran disparidad, ya que ha dividido en dos a la población: por una parte, se han otorgado y reconocido derechos a la población registrada en zonas urbanas y, por la otra, se han limitado o excluido de estos derechos a los habitantes de las zonas rurales, tanto si han permanecido en su región, como si se han desplazado hacia las industrializadas zonas urbanas del este1 (Correa y Núñez, 2013; Banco Mundial, 2008).

ENVEJECIMIENTO DEMOGRÁFICO Y REFORMA DEL MODELO DE PENSIONES

El sistema de pensiones chino se enfrenta a un doble reto: el rápido envejecimiento demográfico y la insuficiente tasa de cobertura, junto al inadecuado funcionamiento del actual sistema de pensiones. Aunque durante las dos últimas décadas se han adoptado reformas que han permitido notables logros, el modelo de pensiones se encuentra aún muy fragmentado, carece de transparencia y favorece las desigualdades.

Unos pocos datos ilustran claramente el veloz proceso de envejecimiento: en 2014 9.2% de la población tenía 65 años o más, y es previsible que en 2050 esta proporción alcance 27.6% del total.2 Por supuesto, esta tendencia conlleva un incremento de la tasa de dependencia y una disminución de la relación entre la población en edad de trabajar y la población en edad de cobrar una pensión. En concreto, en caso de cumplirse las previsiones, en 2050 habría poco más de dos trabajadores por cada pensionista, frente a los más de ocho que hay en la actualidad, una proporción que incluso superaría la tasa de dependencia de las sociedades actualmente más envejecidas, como es la japonesa (véase cuadro 1).

Cuadro 1. Evolución y previsión de la estructura de edades y de la tasa de dependencia

  Población total (millones) 0-14 (%) 15-64 (%) 65 y más (%) Tasa de dependencia**
1960 667.07 39.96 56.39 3.65 6.47
1970 818.31 40.67 55.66 3.66 6.58
1980 981.23 36.20 59.31 4.49 7.57
1990 1 135.18 28.84 65.82 5.34 8.11
2000 1 262.64 25.07 68.28 6.65 9.74
2010 1 337.70 17.41 74.34 8.25 11.10
2014 1 364.27 17.20 73.61 9.18 12.47
2050* 1 348.05 13.50 58.90 27.60 46.86
2100* 1 004.39 1340.00 52.80 33.80 64.02

* Escenario intermedio. ** % Personas mayores de 65 / personas entre 15 y 64 años.

Fuente: Indicadores del Desarrollo Mundial. Banco Mundial. World Population Prospects. Revisión de 2015. Banco Mundial.

Hasta hace algo más de una década sólo una minoría de familias podía tener un segundo hijo/a sin padecer severas penalizaciones. La política del hijo/a único, originalmente diseñada para evitar la sobrepoblación del país,3 ha sido calificada como calamitosa por parte de Pei (2015) aludiendo al reseñado envejecimiento de la población, a los 336 millones de abortos practicados entre 1971 y 2012, y al desequilibrio por sexos (en 2013 la cifra de varones entre 0 y 24 años superaba en más de 23 millones a la de mujeres).

No obstante, la complicada viabilidad futura del sistema de pensiones ha animado al gobierno central a dar un giro a sus políticas con la esperanza de fomentar la natalidad. La penúltima reforma, de noviembre de 2013, permitió un segundo hijo/a cuando uno de los padres era hijo único, condición que se cumple en la mayoría de hogares de las zonas urbanas, si bien estableció varios requisitos adicionales que en la práctica restringían ese derecho.4

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